BODEGA BLANCA PAREJO

NUESTRO VIÑEDO

Elaboramos nuestros vinos a partir de uvas procedentes de viñedos propios cultivados en ecológico. No utilizamos ningún producto de síntesis química, en cuanto a nutrición sólo usamos abono verde sembrando las calles de habas en otoño, que son incorporadas al terreno en el momento que la viña empieza a brotar. Cómo antifúngicos sólo utilizamos elementos naturales como cobre y azufre, en el menor número posible de tratamientos que nos permita tener una vendimia sana.

Se realizan todas las labores de forma manual, prestando especial atención a la poda en verde, con la que buscamos una perfecta ventilación de los racimos, con cuyo aclareo durante el envero conseguimos una maduración homogénea. Realizamos vendimia manual, haciendo una primera selección de racimos en la viña. La uva es transportada a la bodega en cajas de 15 Kg llenas solo lo suficiente para evitar mosteos innecesarios.

Cultivamos la viña en dos fincas:

EL MORISCO

EL MORISCO

En término de Los Palacios y Villafranca. Son 2.5 hectáreas de suelo arcilloso donde cultivamos dos variedades blancas (Viognier y Vijiriega).

LA DORMIDA

LA DORMIDA

Situada en término de Utrera, son 5 hectáreas de suelo franco arenoso muy adecuadas para el cultivo de la viña. En ella cultivamos cuatro variedades tintas (Syrah, Petit Verdot, Pinot Noir y Mollar Cano).

EL ENTORNO

UBICACIÓN:

Estamos ubicados en Los Palacios y Villafranca, municipio localizado en el cuadrante suroccidental de la provincia de Sevilla, en la Comarca del Bajo Guadalquivir.

OROGRAFÍA:

El relieve es prácticamente plano, con una altitud de unos 12 metros sobre el nivel del mar, estando gran parte del término integrado en las Marismas del Guadalquivir, en el margen izquierdo del río.

CLIMA:

Mediterráneo con una fase húmeda coincidiendo con el periodo invernal y una fase seca durante los meses más cálidos. La temperatura media anual es elevada, situándose en torno a los 18ºC. Los vientos dominantes son Levante y Poniente, marcando este último una elevada influencia atlántica, nuestra campiña son los primeros terrenos con cierta altura (la marisma la forman terrenos inundables) que se encuentra el aire desde el Atlántico.

BREVE HISTORIA DE LA VITICULTURA EN EL LUGAR

En la edad antigua ya eran famosos los vinos y los aceites de la Bética, que eran consumidos en todo el Imperio Romano. Testimonio de ello es el Lagar de Osset, situado en San Juan de Aznalfarache y que data del siglo III a.c. En cuanto a Los Palacios y Villafranca encontramos numerosos vestigios de un pasado glorioso en lo que a la vitivinicultura se refiere. 

El 6 de febrero de 1374, Fernan González, alcaide de los Alcázares de Sevilla y Señor de Los Palacios del Atalayuela del Huelamo, otorgó Carta de Franqueza a los nuevos pobladores de este lugar. Entre las condiciones destaca que deberán plantar buenos majuelos y viñas.

En 1501 en la carta puebla de Villafranca de la Marisma se habla de la autorización del cultivo de viñas a los colonos entre otros privilegios y hay documentos que contabilizan 1410 aranzadas de viñas en el año 1750 en el municipio, con las que se elaboran vinos que aparte de tener un consumo de proximidad, también tienen un destino internacional siendo embarcados en el Puerto de Indias hacia América.

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En el año 1836 se produce la unión de Los Palacios y Villafranca de la Marisma, apareciendo en su escudo dos hombres estrechándose las manos como símbolo de la Unión junto a una cepa, un olivo y un toro, en representación de las actividades principales del lugar.

En el siglo XIX la mayoría de los viñedos son devastados por la Filoxera, una plaga producida por un insecto que se propaga por las grietas del terreno. En Los Palacios y Villafranca no desaparece el viñedo debido a que en sus terrenos de arena no se abren grietas y por tanto no se propaga la enfermedad.

En el año 1935 aparecen asentados 730 propietarios de 950 hectáreas de viñedo. En los años 50 existen en el pueblo más de 50 lagares y bodega, algunos de considerado volumen dedicados a la producción de vino de color para los cream jerezanos (quizá los vinos más vendidos del mundo en esta época) y otros de menor tamaño dedicados sobre todo a la elaboración de vinos tranquilos para el consumo local y comarcal.

En 1967 se contabilizan 780 hectáreas de Mollar Cano, 300 de Airén y 120 de otras variedades, y se habla de una producción de vino por encima de los 4.000.000 de litros.

En el Registro Vitícola de 1978 se enumeran 700 hectáreas de Mollar Cano, 640 de Airén, 43 de Tempranilla, 9 de Morisca, 1 de Verdejo y 48 sin identificar. A partir de esta época comienza un declive en el consumo de vinos en general y del Marco de Jerez en particular, que hace que vayan desapareciendo viñedos destinados a este fin en Los Palacios y Villafranca, siendo sustituidos por uvas de mesa y otros cultivos florecientes con la puesta en riego de la zona, quedando desde entonces el cultivo de viñas de lagar representado de forma meramente testimonial.

Este legado y este entorno nos demuestran que nos encontramos en un lugar privilegiado para el cultivo de la viña, con un clima y unos suelos que proporcionan un hábitat ideal para la planta y una maduración perfecta de la baya, justo lo necesario para obtener vinos de calidad.

En cuanto a las variedades tintas, consiguen un color espectacular debido a la maravillosa luz que nos acompaña muchísimas horas al año, cosa que nos permite conseguir vinos elegantes, finos y frescos con un color perfecto sin necesidad de forzar extracciones excesivas en la elaboración.

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